sábado, 28 de diciembre de 2013

Una Prosa Ligera.

  ¿Qué es lo más terrible que me ha pasado? Decir que querer a alguien es bello seria la cosa más enfermiza que podría afirmar. Es un hecho que amar duele, pero el querer estar con alguien rompe con las pautas puestas, pues es mas visto como un deseo que como una necesidad. Y pacto, con quien comparta este punto en que no es realmente relevante el dolor en si. Se vuelve obligatorio, que nos enfoquemos en reponernos, ya no cabe duda; Una vez perdido, no tiene mucho sentido que vuelva.

 He Pecado  al decir muchas veces, ciegamente, que debería intentarlo una vez mas, todo por ese horrido y egoísta deseo de sentirse amado.  Me encarna el destrozo, pues mi alma así se encuentra después de un sinfín de malos entendidos y de desilusiones, que solo terminaron en obtusas cicatrices las cuales, yo se muy bien, nunca cicatrizaran del todo, al menos hasta que ya no me den en que pensar.

 Supongo, y de antemano lo digo, que no importa realmente lo rebuscado quiera encontrar el asunto de amar. Es solamente un deseo animal, algo que no importará ni trascenderá. Eventualmente el amor es tirado como algo desechable, una vez que se da por hecho que estará ahí, por siempre esperándonos.

 ¿A que me refiero? Muy simple. Amar demasiado destruye en si la esencia del mismo afecto, las personas que  son amadas corrompen, y se vuelven egoístas y estúpidos, pues aceptan que el amor es algo que ellos tendrán por siempre, aun que con sus actitudes poco a poco lo van alejando.  Que tragedia resultaría, si ese hecho les afectara.

 Pues están rotos, nunca serán de nuevo las personas que supusimos amamos en ese entonces. Ya no queda mas que formas de lastimar y flagelar ese amor, hasta que se ve consumido en desilusión, pues es el destino de todo ser que ama demasiado, el ser tomado como un ser bobo, incapaz de defenderse y sobre ponerse a ello. Es por eso que ante todo uno debe impedir quedarse solo, cuando aquel irremediable mal aparezca, cuando el amor venga, asegúrate de no perder nada que ese temible ente te demande.

 Es por que estoy solo, que tales palabras emanan de mis dedos, por que conozco ese horror, donde no importa que tan fuerte hayas sido cuando amaste o te sentiste amado, después de eso, ya solo puedes resignarte a morir en la eterna soledad de una habitación esperando la  respuesta a ese gran sacrificio que sientes al derramar tus lagrimas.

 Ya no importa, ni importara, por que somos efímeros, y así como yo apenas voy, o siento morir, hay gente que nunca volvió. Es irremediable el hecho de lo indescriptible resulta el dolor. Pues carezco de las palabras para describir, este sentimiento que me ha arrebatado todo, mi voluntad de luchar, mi voluntad de creer, mi voluntad pura de amar,  todo se ha ido mermando en una inerte masa de resentimiento y de temor a tener que volver a lidiar con el; si es que algún día regresa a inevitablemente reclamando su lugar.

 Olvidar, es la palabra quizás, que por definición todos son capaces de entender, pero que es muy difícil dominar.

 Yo a decir verdad, ya no espero que vuelva, nunca, no quiero siquiera tener que enfrentar el momento donde rechazarlo será la mejor opción, pero sera por el bien de todos, que toda esta rudimentaria pesadilla deba parecer mentira

 Es inconcebible el amor, y ahora, para mi, lo es también el perdón.

El Gran Horror Del Amor.